¡Golazo culinario en L'Arcada de Palamós!

 Boadas y yo, cual dupla de sibaritas intrépidos, decidimos desafiar el fragor del eterno clásico Real Madrid - FC Barcelona y embarcarnos en una aventura gastronómica en el corazón de Palamós, ese paraíso pesquero donde la gamba roja compite en nobleza (y precio) con su prima de Huelva.

El destino elegido: L'Arcada, un bastión de la tradición culinaria palamosina, regentado por Jordi y Fina, un matrimonio que se resiste a la invasión de los restaurantes "sin alma" que, en manos de empresarios con más ojo para el negocio que para el buen yantar, parecen olvidar la esencia misma de la gastronomía.


Con el partido rugiendo de fondo, nos acomodamos en una mesa, al lado dos franceses muy enamorados, (pagó ella, realmente "ya no hay gentlemen") dispuestos a disfrutar de un festín digno de dioses (o al menos, de gourmets mordaces). 

Entre "aysss", "ufsss" y "¡casi gol!", degustamos un entrante de mariscos que nos hizo olvidar momentáneamente la rivalidad futbolística: mejillones carnosos, navajas que se deshacían en la boca, zamburiñas jugosas, cigalas de ensueño, almejas que cantaban al mar y berberechos que susurraban secretos marinos. Todo ello regado con un buen vino, que ya se sabe que si nuestro Señor convirtió el agua en vino, por algo sería.


De segundo, un bogavante con sus pimientos, en su punto, exquisito. Cada bocado era una explosión de sabor, una oda al mar y a la buena cocina. Y para finalizar, un chuletón con patatas fritas que nos dejó completamente satisfechos (y con un ligero complejo de carnívoros arrepentidos).

La comida, excelente, especialmente el marisco, fresco de la zona, increíble. A veces, con tanto susto de gol, penalti y "¡cachis!", casi se nos atraganta alguna gamba, pero nada que un buen trago de vino no pudiera solucionar.

Cabe destacar el trato personal y familiar que dan Jordi y Fina, los dueños. Es lo que me gusta de los restaurantes, imaginar que uno come con amigos de toda la vida, y el estómago lo sabe.


En definitiva, L'Arcada es un lugar altamente recomendable, de lo mejor de Palamós. Un oasis de tradición y buen gusto en un mar de globalización culinaria. Por todo ello, y con la emoción del partido aún latente, le otorgamos:

🔥 Cinco Llamas y Cinco Tenedores: ¡Incendio en la cocina! (Pero del bueno). Un festín para los sentidos. Experiencia sublime, servicio impecable, técnica perfecta y creatividad desbordante. Un lugar para volver una y otra vez (si el bolsillo lo permite).

¡Visiten L'Arcada y díganle a Jordi y Fina que los envían los Gourmets Mordaces! (Pero no les digan que son del Madrid,   que igual los echan a patadas).

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